Suele ser habitual que el aficionado juzgue el rendimiento del jugador en función de su ficha millonaria cuando en la mayoría de los casos el bajo rendimiento de un jugador, millonario, que no rinde como se espera de él, no se debe a que se haya acomodado o a que crea que debe ganar más.
Generalmente las altas expectativas que crea el mercado con tales cachés, para un jugador que no esté entrenado psicológicamente para asimilar esa presión, son una losa para su rendimiento deportivo. Pues todos los parámetros físicos y psicológicos han de ser perfectos y equilibrados para jugar bien, si rompemos ese equilibrio, aunque a priori sea por la alegría de un sueldo más abultado en un club de ensueño, es probable que el rendimiento ya no sea el ideal.
Cierto que cualquier aficionado puede repetir la siempre recurrente frase: “si yo cobrara lo mismo que Kaká me dejaba la piel en el campo y todo lo que hiciera falta”. Sin embargo, cuando hablamos de rendimiento deportivo dentro de un partido el dinero no supone la mayor motivación, más cuando todas las necesidades económicas están cubiertas en esta vida y en otras cuatro.
El dinero se utiliza para juzgar a estos deportistas que llegan a bloquearse al sentirse atrapados entre las expectativas irracionales (propias de una ficha irracional en un mercado inflacionado por la feroz competencia entre clubes) que no pueden cumplir y el estrés deportivo propio de las competiciones en que participa.
¡Ojo! Estamos dando explicación al bajo rendimiento de deportistas millonarios a los que les ficha otro club y se les paga más por rendir más. Queremos aclarar el papel que tiene la preparación psicológica de este tipo de futbolista pues NO es cierto que el rendimiento sea directamente proporcional al número de ceros de su ficha, quizá sí hasta que el jugador siente que sus necesidades y ambiciones económicas están cubiertas pero una vez superado este umbral el dinero empieza a jugar un papel negativo en el rendimiento de ese jugador y es en esta fase cuando aparecen los grandes fiascos de los fichajes estrella.
El papel del entrenamiento psicológico de los nuevos fichajes que se incorporan a los clubes es fundamental para rentabilizar las inversiones. El jugador se encuentra frustrado por no estar a la altura y llega a sentirse solo, siendo un caldo de cultivo ideal para lesiones y problemas emocionales que perpetúan ese bloqueo en su rendimiento.
José Ángel Caperán
futboldecabeza.com
Como le escuché a Bielsa: «Pagarle más al jugador para que rinda más, es una forma de pervertirlo»