Quiero entrenar con un psicólogo deportivo

La fuerza de los objetivos

Era el once de julio de 2010. Minuto 116. Andrés Iniesta acababa de marcar el primer gol del partido en la que era la primera final de un Campeonato del Mundo para España. Jugadores, banquillo, técnicos, aficionados… españoles lanzaron un gran grito al unísono y celebraron, cada cual a su manera, el gol que debía darle el primer Mundial a España. Todos saltaban, gritaban… bueno, todos menos uno.

Vicente del Bosque se puso a dar órdenes a sus jugadores, a organizar a su equipo, a decirles qué es lo que debían hacer a partir de ese momento, para esos últimos cuatro minutos de esa final, de ese partido. ¿Celebrar el gol? Lo más importante era hacer “bien el trabajo” en los últimos minutos de aquel Mundial que por fin ganaría España.

Cuando al seleccionador español se le preguntó el para qué hizo eso, en ese momento de euforia colectiva, explicó que en ese preciso instante se acordó del seleccionador croata, Slaven Bilic. El la Eurocopa del 2008 la selección de Croacia estuvo, a unos pocos instantes de plantarse en las semifinales después de que Klasnic anotara el uno a cero contra Turquía en el minuto 119.. Sólo faltaban tres minutos (contando el descuento) para el final de la prórroga. Después de ese gol, todos celebraron el posible triunfo pero, en la última jugada, el turco Semih Senturk empató el partido y después, en los penaltis (con una Croacia que aún no se lo creía y que “no estaba preparada para los penaltis”, palabras de su seleccionador), selló su clasificación. El seleccionador croata dijo que se lamentó de no haber puesto más “orden” en su equipo tras su gol y tal vez “perder” demasiado el tiempo en la euforia de la celebración cuando el partido aún no había acabado. Vicente del Bosque recordó esa situación y se centró en organizar el trabajo de su equipo. Al final: Campeones del Mundo.

El establecimiento de objetivos es una técnica psicológica que, bien empleada, maneja las variables psicológicas relacionadas con el  fútbol. Este es un buen ejemplo de ello.

Cuando tenemos un objetivo presente, la dirección, la intensidad de nuestras acciones, la actitud… buscan alcanzar ese objetivo. Si se manejan bien los objetivos, logramos que nuestro equipo psicológicamente funcione y se dirija adecuadamente a la consecución del mismo. De ahí la importancia de plantear bien los objetivos (cuestión que se abordará en otros artículos). Pero lo realmente importante de esta anécdota no es el tipo de objetivo que se estableció (que habría que preguntarle al seleccionador español), sino que, cuando se logra ese objetivo, nuestro nivel de atención, intensidad… “baja”. Psicológicamente, “perdemos intensidad”, perdemos eficacia, el funcionamiento individual y colectivo es peor. Es algo automático, como si el cuerpo y la mente necesitara un  momento de pausa para “descansar”. Esto ocurre siempre que logramos un objetivo que para nosotros es importante. De manera inconsciente, es como si nos “relajáramos”. Ciertamente, en esos momento clave, necesitamos de otro/s objetivo/s suficientemente importante/s que dirija nuestro comportamiento hacia las acciones deseadas, para volver a colocarnos en el camino, en el estado psicológico ideal para el rendimiento.

Además, también está el equipo contrario. A partir de ese momento, el equipo que recibe el gol sólo tiene un objetivo básico en mente cueste lo que cueste: “marcar gol para empatar el partido y así forzar los penaltis” (objetivo que tiene mucha fuerza por la trascendencia del encuentro). De esta manera, si un equipo se “relaja” y el otro dirige sus acciones con más intensidad hacia otro objetivo… el resultado es obvio: existen más probabilidades de marcar un gol momentos después de recibir uno que en cualquier otra fase del partido. Establecimiento de objetivos.

La técnica de establecimiento de objetivos parece sencilla de aplicar, aunque, como todas, tiene sus particularidades para que realmente sea eficiente. Conocerla y manejarla adecuadamente es sinónimo de un buen funcionamiento psicológico de nuestro equipo. Vicente del Bosque lo sabe y aplicó sus conocimientos para que su equipo rindiera bien también en los últimos minutos del Mundial de Suráfrica, después de que Iniesta marcara ese gol recordado por todos. La guinda para ser Campeón del Mundo.

David Peris Delcampo – Colaborador de futboldecabeza.com


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