En el trabajo del dĂa a dĂa con los deportistas intentamos buscar ejemplos cercanos de personas que han actuado de forma modĂ©lica ante situaciones difĂciles. El nombre de Manolo Preciado siempre se usa como recurso y modelo para describir a alguien que le ha golpeado la vida de forma dramática varias veces y ha sabido salir adelante de la forma más eficaz y eficiente posible:
Sin regodearse en el dolor pero sin que ello representara frialdad; sin vivir un presente con la mirada puesta en un pasado sobre el que no se tiene ya margen de maniobra; levantándose en el mañana con la atención fija en la responsabilidad adquirida y en el compromiso con una vida que ha de ser vivida sin pararse. Y, sobre todo, incorporando todo lo vivido a un aprendizaje exclusivo de las personas que has superado hechos dramáticos.
Este conocimiento que sĂłlo lo da la propia experiencia, por mucho que sea inspirador para otros, es lo que se llama en psicologĂa Resiliencia. Es decir, la habilidad para salir fortalecido de las crisis.
Esta virtud que obtuvo quizá sin ser consciente de ella, basándose simplemente en su sencillez a la hora de juzgar la vida y ser fiel a sĂ mismo, le permitiĂł mostrar una fuerza y una resistencia inmensa en el complicado, inestrable y estresante mundo del fĂştbol profesional. Sin embargo, muy frecuentemente en estos casos, la psicologĂa de un gigante está incrustada en un cuerpo de sĂłlo un hombre, un cuerpo que se le quedĂł pequeño.
Nuestro más sincero cariño y gratitud a un GRANDE.
Descanse en paz, Manuel Preciado.
futboldecabeza.com
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