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Empieza la temporada de los reconocimientos médicos exhaustivos a los nuevos fichajes antes de firmar sus contratos. Sin embargo, desde futboldecabeza.com echamos en falta en estos requisitos una evaluación psicodeportiva del futbolista que pueda darnos información sobre su rendimiento en determinadas situaciones y con determinados compañeros y rivales.

Los ojeadores de los equipos, hasta hace bien poco, basaban sus decisiones en la valoración de la técnica y de las cualidades físicas (velocidad y fuerza principalmente) y, por supuesto, en sus resultados deportivos. Sin embargo, si un jugador no rinde, como se le suponía cuando se le fichó, directamente se le atribuye falta de actitud o, simplemente, se acepta que se le sobrevaloró.

Cuando el jugador es talentoso pero no rinde, y él sostiene que no es por falta de actitud, lo que suele hacer es demostrar su competitividad aumentando la agresividad en el entrenamiento y en la competición llegando al error de sobreactivarse ¿Consecuencias? Los tres elementos psicológicos más propicios para ser más vulnerable a las lesiones: Ansiedad, frustración y bajada de concentración.

Hoy el ojeador empieza a tener en cuenta el perfil psicológico del jugador, que se obtiene mediante la aplicación de uno o varios test de evaluación (exclusivos para deportistas de deportes colectivos) y una entrevista en profundidad con un psicólogo deportivo.

El resultado de dicha evaluación es muy valioso tanto para jugador, el ojeador, como para el entrenador (siempre asesorados por un psicólogo deportivo) porque:

1. Le informa de cuáles son sus fortalezas y cuáles sus puntos de mejora en materia de rendimiento psicológico en competición.

2. Le permite hacer predicciones más exactas de cómo será su rendimiento psicológico en el tipo de equipo y de competición en el que va a jugar.

3. Le ayuda a la hora de buscar jugadores compatibles con el tipo de equipo que se quiere formar (conociendo el perfil psicológico medio del equipo, los valores y objetivos individuales y colectivos)

4. Y, por supuesto, le ayuda a conocer si ese jugador es compatible con el perfil psicológico del propio entrenador para prevenir el choque de caracteres y los malosentendidos por tener diferentes estilos de: aprendizaje, comunicación e, incluso, diferentes objetivos.

Asimismo debemos saber que toda evaluación ha de ir dirigida a una intervención. De nada sirve conocer el perfil si de él no se desprende un programa de entrenamiento psicológico que corrija las debilidades y potencie las virtudes del jugador reflejándolo en el resultado deportivo.

José Ángel Caperán

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