Quiero entrenar con un psicólogo deportivo

La preparación psicológica de las jóvenes promesas

promesasLa capacidad de adaptarse a los cambios es una de las habilidades necesarias para tener una carrera deportiva larga. Un deportista de élite se someterá a tantos cambios que, mal abordados, pueden dar al traste con todos sus objetivos.

Un futbolista hoy en día es un trotamundos y, como éste, siempre lleva en su maleta todo aquello que nunca ha de olvidar, porque los cambios es lo que hacen, facilitan el olvido del paraquién y el porqué: una foto de las personas más importantes en su vida, aquellas a las que no hay que convencer de nada; y un papel donde el viajante ha escrito la razón por la que lleva ese estilo de vida, una que justifica todo el esfuerzo y relativiza cualquier contratiempo.

El paso de promesa del fútbol a estrella consagrada supone un período de tiempo crítico que, la mayoría, no atraviesa con éxito. Existen en esos momentos demasiados estímulos que saturan al deportista y lo pierden:

Un nuevo entrenador con un estilo de juego diferente y del que no tiene la confianza incondicional de quien le ha descubierto. El jugador promesa tiene la impresión de que comienza de cero y, además, con unas expectativas que cumplir extraordinarias. Podemos utilizar como ejemplo un alpinista que vuelve al campamento base y, cuando sale al día siguiente, la montaña que ha de escalar de nuevo ha crecido cinco kilómetros más de altura.

Nuevos compañeros supuestamente consolidados en la élite, lo que conlleva compararse; provocan inseguridades y complejos que no hacen más que acrecentar las dudas sobre su propia capacidad.

Un nuevo club donde no existe un estilo tan paternalista y sobreprotector como aquel donde creció. Ya no está en un club para crecer sino para demostrar.

Una nueva ciudad, una nueva cultura… Que provocan que, incluso, en su vida personal no encuentre una burbuja de confianza y tranquilidad donde “ser él mismo con su gente”. Y, ni qué decir tiene, que si el futbolista, además, se desplaza al club solo, sin su familia, la sensación de soledad se combina con la ansiedad y suele provocar una reducción del rendimiento extraordinaria que el futbolista no puede explicar dada la saturación de pequeñas cosas que se acumulan en su bloqueo. Cada pequeño elemento negativo no justifica tal bajada de nivel y el futbolista no sabe identificar todos esos pequeños “trozos” de la causa lo que añade, a la ansiedad y la soledad, la frustración, suficiente para bloquearse, lesionarse o, incluso, convertirse en un problema para sí mismo con comportamientos reprobables fruto de esa desorientación.

Desde la psicología deportiva hacemos un trabajo de identificación de las pequeñas cosas, de todas ellas, sus causas, sus efectos y, sobre todo, entrenar al jugador, psicológicamente, para que, más allá de cualquier distractor, haga lo que sabe hacer bien e, incluso, transforme todos esos estresores en elementos motivacionales que espoleen su rendimiento más allá de los entrenamientos. No se trata de “charlas de motivación”, se trata de un abordaje científico, global y práctico en el que el deportista no ha de hacer gran esfuerzo para darse cuenta de que está realizando una preparación clave para su rendimiento deportivo porque no hace falta “creer” en la psicología deportiva pues, como ciencia, es obvio que la psicología deportiva mejora el rendimiento deportivo y su transparencia y practicidad es plena, como la preparación física, la preparación técnica y la táctica. El psicólogo deportivo no es un gurú, es un técnico y, como técnico, está orientado a resultados.

Comienza a entrenar un factor clave que nunca has trabajado a conciencia antes pues “no sólo de echarle ganas” vive el buen competidor.

Escríbenos con tus consultas e incorpórate a nuestros entrenamientos en contacto@futboldecabeza.com te daremos toda la información que necesites.

José Ángel Caperán

Psicólogo deportivo

futboldecabeza.com

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