El aficionado suele ver como algo incomprensible la sucesión de rutinas que tienen los futbolistas de élite... ¿Por qué lo hacen? Si se les pregunta a ellos no te darán una respuesta concreta, simplemente “porque estoy me siento mejor haciéndolo que sin hacerlo”:
Santiguarse tres veces tres antes lanzar una falta; girar cinco veces el balón antes de colocarlo en el punto de penalti; golpearse los muslos dos veces y gritar antes de que el árbitro pite el comienzo; o siempre entrar con el pie derecho en el campo… Son múltiples los rituales y algunos son muy retorcidos.
Desde el punto de vista de un psicólogo deportivo la realización de rutinas es muy útil para hacer predecible una situación de incertidumbre como puede ser un partido de fútbol. Es positivo en la medida que el jugador puede garantizar, con sus ritos, que pase lo que pase tendrá la sangre fría como para recordar cumplir con una secuencia de gestos y acciones preconcebidas siendo éstas inmunes al nerviosismo, al cronómetro y al marcador.
Es una forma de que el jugador no pierda la concentración ni se deje llevar por las emociones, de esta manera se obliga a tener que desconectar un momento para cumplir con sus rutinas que, en el pasado, precedieron a un buen rendimiento.
José Ángel Caperán
futboldecabeza.com
Deja un comentario
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.