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Comentario fuboldecabeza.com:

Los hermanos Hazard, junto con sus padres, son un modelo de familia que es más frecuente en otros deportes y no en el fútbol: todos son o han sido futbolistas. El hecho de crear un ambiente familiar donde todos hablen el mismo idioma futbolístico, todos conozcan los entresijos internos y externos de este deporte, facilita la adaptación de estas jóvenes promesas a la realidad del fútbol. Se les educan expectativas realistas y se valora de una forma más objetiva su potencial. Es clave, no sólo la educación del joven futbolista sino también de su entorno para que todos tengamos los pies en la tierra. La ambición, junto con el desconocimiento, son los dos elementos claves para unos objetivos irreales.

Las personas que han trabajado dentro del fútbol tienen una visión realista de este deporte-negocio. Desde fuera un padre cuyo hijo despunta en su equipo del colegio puede caer en la tentación de hacer una extrapolación peligrosa: "si despunta a esta edad es que vale y, por lo tanto, tendrá el futuro asegurado de por vida".

Los representantes de futbolistas y cazatalentos saben mejor que nadie el volumen inmenso de variables que intervienen en el desarrollo futbolístico de un niño y, por supuesto a la hora de predecir su carrera. El planteamiento de objetivos deportivos a corto y medio plazo, siempre atendiendo a los elementos básicos de las vida del niño (familia, estudios, amistades, ocio y salud), es clave para elaborar unos buenos cimientos y prevenir la caída en el cajón de los "juguetes rotos del fútbol".

José Ángel Caperán

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