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¿Tu equipo es una piña? Una característica fundamental de los deportes colectivos es la cohesión de equipo. Este concepto se suele banalizar e identificar simplemente con NO tener conflictos o con ser un grupo pacífico pero ¡no es suficiente!

El propósito de lograr la cohesión de equipo es, desde el punto de vista técnico, lograr una coordinación perfecta entre los diferentes jugadores y que los mejores sean un modelo técnico cercano para sus compañeros.

Desde el punto de vista psicológico podemos señalar que en los momentos negativos la presión se ha de repartir entre los miembros y, en los momentos positivos, la motivación ha de contagiarse.

Si el talento individual de los jugadores no alcanza el nivel estándar pero sí lo hace si juegan juntos (que juntos sean mejores que por separado) estaremos hablando de que se consiguen sinergias. Es decir, que el rendimiento del equipo sea mejor que la suma de los rendimientos individuales.

Sin embargo, necesitaríamos un tercer elemento a fomentar en el equipo: el factor personal y afectivo. Si queremos que el equipo alcance el máximo de cohesión y, por ende, alcance el máximo de su potencial como equipo, debemos desarrollar la amistad entre los jugadores, por un lado, y la generosidad, por otro, que se deriva de la primera.

Podemos ser un equipo coordinado y obtendremos un rendimiento correcto; podemos, además, ser un equipo motivado y alcanzaremos un rendimiento bueno. Pero si, además de coordinado y motivado, sentimos afecto y amistad entre nosotros supeditaremos nuestros intereses personales al objetivo colectivo.

E, incluso, por ejemplo: “yo, que soy reserva pero, aunque no juegue ni un minuto, sentiré el triunfo y la derrota de mis compañeros, mis amigos, como propios”.

Respóndenos: ¿se fomenta la amistad en tu equipo? ¿Eres amigo de todos tus compañeros?

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José Ángel Caperán

Psicólogo deportivo

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