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También el entrenamiento psicológico requiere unas habilidades mínimas por parte del deportista para que logre rendir cerca de su potencial. Sin embargo, al contrario que el entrenamiento físico y táctico, donde el futbolista que quiera llegar a la élite debe partir de un nivel de desarrollo de unas habilidades innatas alto (lo que llaman “talento”), en el entrenamiento psicológico TODO SE PUEDE ENTRENAR y el límite está en lo que NO ES ENTRENABLE: la autocrítica, la capacidad de aprendizaje y el afán por la mejora continua que el futbolista quiere poner en el entrenamiento psicológico.

Dividiremos el entrenamiento psicológico en 3 partes: parte psicofisiológica (mezcla de control físico y perceptivo), parte cognitiva (pensamientos) y parte emocional (emociones).

1. Cualidades psicofisológicas:

Control de su esquema corporal (es decir, que el futbolista sea capaz de controlar la posición de cada parte de su cuerpo de forma exacta a como quiere posicionarse), manejo eficaz de la atención, capacidad de concentración y control de la activación.

2. Cualidades cognitivas:

Establecimiento eficaz de objetivos. Identificación de pensamientos inadecuados y sustitución de los mismos por instrucciones eficaces en la competición. Recuperación eficaz, física y mental, ante errores. Capacidad de análisis y establecimiento de soluciones antes, durante y después de la competición.

3. Cualidades emocionales:

Nivel de motivación orientada a la tarea (que jugar al fútbol sea motivante por sí mismo no sólo por lo que obtiene por ganar); nivel de autoconfianza (grado de seguridad que tiene en que es capaz de superar el reto); capacidad de automotivación (habilidad para plantearse retos aun cuando parezca imposible, por ejemplo en las lesiones); capacidad de análisis y capacidad de escucha, pues el futbolista que entrena la parte psicológica debe tomar una posición activa en el trabajo con el psicólogo deportivo y desarrollar juntos planes de acción realistas y eficaces para que aquél los aplique perfectamente en los partidos.

De ninguna manera el psicólogo deportivo debe ser el profesor que enseña al alumno, se trata de una relación recíproca donde el deportista debe ser crítico y dar en todo momento su punto de vista e interpretaciones, de ahí que la habilidad y motivación para aprender cosas nuevas es absolutamente necesaria.

¿Qué grado de desarrollo tienes en estas habilidades? ¿Crees que se puede llegar a ser un deportista de élite sin entrenarlas? Envíanos tus consultas a contacto@futboldecabeza.com

José Ángel Caperán

Psicólogo deportivo

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